«El humanismo no se opone a la santidad, sino que encuentra en ella su coronación».

El autor persigue el rastro dejado por el admirable intercambio que ha tenido lugar desde la época patrística hasta el siglo XX entre la revelación cristiana y la cultura grecolatina.
Moeller muestra de modo extraordinario en estas páginas cómo el cristianismo asume desde sus inicios las categorías de la sabiduría griega y, al mismo tiempo, aparece ante el mundo con la pretensión de completar y dar plenitud a los grandes anhelos y deseos del hombre antiguo, que serán también los del moderno.